Un ejemplo que nos suele pasar muchas veces es que contactan con nosotros clientes que están interesados en una página web y la pregunta que más se repite siempre es la misma ¿Cuanto me va a costar mi página Web?, nosotros siempre respondemos de la misma forma: “Depende de lo que necesites“.
¿Qué tal si lo planteamos de una forma inversa?